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¿POR QUÉ TROPEZAMOS SIEMPRE CON LA MISMA PIEDRA?
Los seres humanos somos repetitivos por naturaleza. Vivimos, de hecho, en un planeta repetitivo también, que sigue siempre la misma órbita, y ocupa un lugar predecible en el sistema solar. La repetición nos da seguridad y certeza. De cierta manera nos ayuda a saber quiénes somos porque hacer ciertas cosas repetidamente, nos define. Son repeticiones sanas: como ir todos los días a la misma oficina a trabajar o comer a la misma hora. Sin embargo hay algunas repeticiones que nos resultan dolorosas y que vienen de eventos olvidados por la mente consciente. Se trata de repeticiones patológicas. Aunque no lo recordamos, todos, en nuestra más tierna infancia, atravesamos por alguna (o por más de una) situación difícil que, aunque desde afuera se pueda ver inofensiva, nuestra mente infantil percibió como peligrosa o traumática. Por ejemplo: quizá percibimos como un doloroso abandono el hecho de que nos llevaran muy chiquitos a la guardería, porque nuestros padres debían ir a trabajar. Como adultos podemos ver que la guardería era la mejor solución, pero nuestro inconsciente no puede verlo así. En el inconsciente, esta situación se quedó sin resolver y, como una medida de supervivencia, porque éramos muy pequeños para lidiar con tanto dolor, la relegamos al olvido. Sin embargo es posible que, muchos años más tarde, nos encontremos una vez y otra viviendo situaciones en las que al final nos abandonan, como por ejemplo: relacionándonos con parejas que un día, se van. Y quizá no logremos entender la razón Las repeticiones de eventos dolorosos ocurren como un regalo del inconsciente que sigue buscando una manera de resolver aquello que le resulta tan doloroso. Por eso, si alguna vez tuvimos un conflicto con la autoridad de nuestro papá, por ejemplo, es posible que en la vida adulta recreemos este conflicto buscando frecuentemente confrontarnos con nuestros jefes en el trabajo o con cualquier figura de autoridad Hay una relación muy estrecha entre los problemas y situaciones inexplicables que atravesamos repetitivamente en nuestra vida adulta, y ese trauma olvidado de nuestra infancia. Cuando decimos frases como “Estoy en el mismo infierno con diferente diablo”, “siempre me pasa lo mismo” o la famosa “tropecé de nuevo y con la misma piedra”, es momento de reflexionar acerca de las razones que nos hacen volver compulsivamente al pasado. Tal vez ha llegado el momento de iniciar una terapia para romper con el hechizo que nosotros mismos nos hicimos Tus posibilidades son ilimitadas y nada, excepto la falta de consciencia, te condena a la repetición de evento desagradables @AuroraDelVillar Imagen: Las ideas claras. René Magritte