INDEPENDENCIA PSICOLÓGICA
Aprovecho este mes patrio en México para hablar de independencia desde el punto de vista psicológico. Me refiero a cuando una persona actúa y toma decisiones sin depender de otros y sin ceder a presiones. Solemos llegar a ella cuando alcanzamos la adultez. La adultez, por su parte y de acuerdo a los especialistas en Desarrollo Humano, se define por tres criterios: a) Aceptar las responsabilidades propias b) Tomar decisiones independientes c) Tener independencia financiera Una persona independiente psicológicamente es aquella que vive libre de todo tipo de relación obligatoria y que toma decisiones y actúa sin entregar el control de sus vidas a otros. La independencia adulta suele comenzar cuando dejamos el hogar paterno y nos volvemos responsables de nuestra manutención y de encontrar un lugar dónde vivir. Esto genera libertad y, al mismo tiempo, nos lleva a hacernos cargo de las responsabilidades de la vida adulta. Sin embargo, debido a falta de oportunidades laborales, a salarios insuficientes para sostenerse solos o porque los jóvenes cada vez tienen que estudiar más años para tener una formación que les permita acceder a un buen empleo, la independencia se tarda en llegar y los hace permanecer más tiempo en el hogar paterno. Una persona que depende económicamente de sus padres o de su familia, tendrá mayor dificultad para desarrollar un pensamiento independiente. Pero, aunque lo ideal es hacerlo durante la juventud, buscar independencia sin importar si ya se tiene una edad madura, llevará a la persona a ser más asertiva y a sentirse libres de una carga. Aunque no existe una vida exenta de dificultades, con la independencia éstas se transitan con mayor libertad. Si bien somos seres gregarios y formar parte de un grupo es importante, la independencia nos permite vivir sin estar sujetos a la opinión de otras personas y sin sentirnos obligados a seguir tendencias de moda que nos restan individualidad. No obstante, tampoco podemos subsistir absolutamente solos, sin comprometernos con algunos vínculos. La vida, por naturaleza, es interdependiente. Nuestros logros afectivos -como formar una familia o pertenecer a un grupo social- pasan por depender en cierta manera de la pareja, de los hijos, de amigos, etcétera… Es decir que un logro de la adultez es encontrar el equilibrio entre ser independiente y al mismo tiempo avanzar en la vida trabajando con un equipo que enriquezca nuestro mundo personal y laboral Cuando buscamos la independencia sólo para demostrar algo a los demás (que podemos solos, que sí somos valiosos, etcétera) necesitamos cuestionarnos si realmente somos independientes o somos esclavos de los sentimientos y los eventos que nos llevan a hacer tales demostraciones. @AuroraDelVillar