El jefe tóxico y psicópata

Bienvenidos a esta nueva publicación en el Blog Aurora, con la que cerraremos la revisión de la psicopatía.  En esta ocasión hablaremos de un asunto que tiene consecuencias para tu desarrollo profesional y tu estabilidad emocional: lidiar con el jefe tóxico y con rasgos psicopáticos.

La mirada vacía del jefe psicópata

Para refrescar el concepto, tenemos que la definición moderna del término psicopatía fue acuñada por Hervey Cleckley en su libro “The Mask of Sanity” publicado en el año 1941.  En esta obra el autor, además de describir con detalle a quince de los pacientes que evaluó y trató clínicamente, definió las famosas dieciséis características del psicópata, que ya revisamos anteriormente:

1.      Encanto superficial e inteligencia.

2.      Ausencia de delirios y otros signos de pensamiento irracional.

3.      Ausencia de nerviosismo o de otras manifestaciones neuróticas.

4.     Indigno de confianza.

5.      Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.

6.      Pobreza emocional generalizada.

7.      Pérdida del insight.

8.     Irresponsabilidad en las relaciones.

9.      Continuas mentiras y falta de sinceridad.

10.  Ausencia de culpabilidad y vergüenza.

11.   Conducta antisocial.

12.   Juicio pobre y dificultad para aprender de experiencias interpersonales.

13.   Conducta fantástica con o sin consumo de alcohol.

14.  Amenazas en relación al suicidio sin llegar a intentarlo.

15.   Vida sexual impersonal, trivial y pobremente integrada.

16.   Incapaz de seguir cualquier plan vital.

Posiblemente has tenido que lidiar con alguien de tu oficina que presenta alguno de estos rasgos y resulta tóxica.  Cuando esto ocurre, debes estar preparado para contenerla partiendo de dos realidades.  La primera es que las personas psicopáticas no cambian.  La segunda es que estamos hablando de compañeros de trabajo y no de familiares o amistades, por lo que procurarles un trato impersonal se vale.

Para enfrentar la psicopatía laboral la clave es ser impersonal, actuar con frialdad y desde una postura defensiva, manteniendo esa relación dentro de lo estrictamente profesional. Cuando detectes al colega psicopático, desconfia de sus “actos de amistad” y pon atención a sus intentos por seducirte o manipularte, estableciendo límites cuando se presenten.  De lo contrario tarde o temprano caerás en su juego, lo que tendrá consecuencias inmediatas para tu proyección en ese empleo, tales como que se apropie de tus ideas, que capitalice tus esfuerzos, o que te utilice como “chivo expiatorio” cuando las cosas salgan mal.

Cuando convives con un psicópata laboral que además es el jefe la cuestión es más delicada, porque no será tan fácil ponerte al tú por tú con una persona que, además de tener poder real sobre ti, un día te trata con cercanía y al siguiente te desprecia como si fueras una basura.

Hay que tener mucho cuidado porque lo que la mayoría tratará de hacer para “manejar” la situación es recurrir a la adulación del jefe tóxico y, consciente o inconscientemente, dejarse manipular por él o ella.  Eso, que resulta lo más sencillo y quizás parece obvio, en realidad es la peor decisión posible, ya que es exactamente lo que tu jefe psicópata quiere: tener a todos bajo su control para humillarlos, acosarlos, enfrentarlos entre sí, y jugar con ellos a placer.

Ante el jefe psicópata no hay otro camino más que el del profesionalismo.  Ser neutral ante sus encantos y excelente en tu trabajo no te salvará de sus maltratos, y seguramente llevará a ciertos colegas a reprochar tú actitud. Resulta contraintuitivo, pero cuando hay un jefe psicopático de por medio siempre será mejor saltarse la comida de oficina de los viernes: ausentarte te valdrá las críticas de tu jefe y tus compañeros, pero te mantendrá fuera de los juegos de poder iniciados por tu superior. 

Puede ser que, si tu trabajo le resulta útil, tu jefe psicópata te trate con cierta “deferencia”, aceptando los límites que le pones y reduciendo sus interacciones contigo, sin dejar de acompañarlas con algún reproche o comentario hiriente.  Si es el caso considérate afortunad@, pero tampoco esperes respeto, aprecio por tus capacidades o que se valore tu trabajo y tu presencia. Será una situación incómoda, que deben afrontar inteligentemente, como parte de un proceso de maduración personal, y por supuesto de crecimiento laboral. 

En resumen, para lidiar con el jefe psicopático no existen buenas opciones. La menos mala es seguir una estrategia de auto-preservación poniendo límites, sustrayéndote de la vida social dentro de la oficina, y actuando con seriedad y profesionalismo en todas las facetas de tu vida laboral. Existe la opción de cambiar empleo, pero, además de ser complicado, no descartes volverte a cruzar con un jefe psicopático.  Su inteligencia manipuladora, su falta de escrúpulos y su ambición desmedida, frecuentemente llevan a estas personas a lo más alto de la escalera corporativa.  Esto de ninguna manera significa que todos los jefes sean unos psicópatas, pero sí quiere decir que mientras más subes, la probabilidad de encontrártelos aumenta.

No sobra decir que el impacto del jefe psicopático en el entorno corporativo va mucho más allá del sufrimiento que causa a empleados y colegas.  Diversos autores argumentan que la Gran Recesión de 2008, originada por el desplome del mercado inmobiliario e hipotecario en Estados Unidos, se inició con las conductas psicopáticas sin límites de altos ejecutivos financieros.  Películas como Wall Street (1987), Margin Call (2011), The Wolf of Wall Street (2013) y The Big Short (2015), muestran el comportamiento de estas personas, y el nivel de destrucción provocado por su codicia.

Para concluir, es importante destacar que, a pesar de todo, la psicopatía laboral tiene su lado positivo.  La presencia de un jefe psicopático funcional alienta la productividad, promueve la innovación y orienta a los equipos hacia resultados, ya que su falta de remordimiento, su capacidad para crear entornos competitivos y sus exigencias delirantes llevan a los trabajadores a dar el mayor esfuerzo, a generar nuevas ideas en forma constante, y a trabajar con mayor eficacia y eficiencia, so pena de ser despedidos.

Si no lo has hecho, te invito a leer las dos colaboraciones previas sobre psicopatía dando click aquí y aquí y te recuerdo que este espacio es tuyo: consulta, comenta y comparte las publicaciones del Blog Aurora, donde hablamos de psicoespiritualidad y jugamos con la sombra.

¡Gracias por leerme y hasta la próxima!