¿Qué es el sentido de vida?
¿Qué nos salva de la patología, o sea de una enfermedad? ¿Qué nos ayuda a conservar la salud mental y también la salud física? Varias cosas, pero una de las más importantes es conocer el sentido de vida.
El sentido de vida es algo que va más allá de palabras bonitas y de “echarle ganas”; es una visión filosófica personal sobre la vida en la que todo, como la palabra lo dice, hace sentido. Es el soporte interno de nuestra existencia.
Desde luego, el sentido de vida de cada persona puede variar, pues lo que es correcto para una persona puede no serlo para otra, porque el sentido de vida tiene que ver con la libertad, y con la forma en la que cada uno de nosotros se relaciona con esa libertad.
Por ejemplo: cuántas veces no nos han dicho “lo que a ti te conviene es trabajar para alguien más en una oficina y tener algo seguro”. Pero eso a algunas personas no les hace sentido, porque quizás les gusta más emprender, ser su propio jefe, y administrar su tiempo. Trabajar en una oficina nada tiene de malo, pero a muchas personas eso no nos hace sentido. En otras palabras, el sentido de vida es el PARA QUÉ salimos de la cama cada mañana.
La terapia psicológica que se ocupa del sentido de vida es la logoterapia y fue creada por el médico neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco Viktor Frankl, quien escribió “El hombre en Busca del sentido”, que es uno de los libros sobre psicología más vendidos en el mundo y que más influencia ha tenido sobre las personas a lo largo del tiempo.
Viktor Frankl vivió en un campo de concentración y conoció de primera mano las atrocidades que en ese tiempo se vivieron. A pesar de eso, a pesar de que lo habían despojado de todo lo que amaba y de todo lo que para él era importante, que padeció hambre, frío y abusos sin fin, pudo aceptar que, pese a todo, la vida era digna de ser vivida.
Y pudo hacerlo porque se dio cuenta de algo. Más adelante escribió que “todo puede ser arrebatado a una persona, excepto una cosa, la última de las libertades humanas: elegir su propia actitud ante las circunstancias, elegir su propio camino.”
Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento. La vida nos presentará siempre limitaciones. La libertad suprema que nos conecta al sentido de vida consiste en ELEGIR cómo vamos a reaccionar ante esas limitaciones.
El sentido de vida no sólo es un asunto filosófico o psicológico. Yo creo que es un asunto espiritual, que además se asocia con tener más salud y longevidad. Hay varios estudios al respecto, pero en particular hay uno de la Universidad de California que señala que tener sentido de vida parece ser más importante aún que dejar de fumar o ejercitarse para reducir el peligro de morir. Así de importante es el sentido de vida.
Para encontrar nuestro sentido de vida, que como ya explicaba es algo muy personal, podemos realizar acciones sencillas como las siguientes:
- Tener contacto con la naturaleza, incluso aunque solo sea viendo videos, o bien cuidando de mascotas y de plantas.
- Ayudar a otras personas, porque el servicio nos conecta con los demás.
- Emprender nuevos proyectos.
- Dedicar tiempo al entretenimiento y cultivar el humor; no dejes que el trabajo que atrape.
- Y lo más importante, compartir momentos con nuestras personas queridas.
Para conectar con el sentido de vida nos sirve tener una rutina porque el orden y la continuidad nos dan ánimo, lo mismo que mantener la curiosidad y aprender cosas nuevas, poniéndonos metas realistas y haciendo lo posible por lograrlas.
Sobre todo, hay que mantener una actitud positiva, pensar en las cosas buenas que tenemos en nuestras vidas y cultivar la gratitud cotidiana.
El sentido de vida es el inicio de un camino de desarrollo espiritual que necesitamos recorrer para ser mejores personas. Si eso es lo que en verdad queremos nos espera mucho trabajo, tropiezos, pero también muchas y muy grandes satisfacciones.
Comments