PSICO ESPIRITUALIDAD
La psicoespiritualidad nos ofrece un camino hacia el bienestar integral, para tener un equilibrio entre la mente y el espíritu, que le permita a nuestro ser interior vivir en armonía con el entorno.
Para ello, la psicoespiritualidad se basa en la conjunción de la ciencia psicológica moderna con los métodos de sanación tradicionales de culturas ancestrales.
Te invito a que conozcas un poco más de esta apasionante rama de la psicología.
Introducción a la psicoespiritualidad
La psicoespiritualidad es la rama de la psicología que estudia el punto en donde ésta se cruza con la espiritualidad, para ofrecer respuestas a los problemas de la conducta desde un punto de vista holístico.
La psicología es una ciencia y se basa en el método científico para sacar conclusiones. La diferencia es que los psicólogos somos los únicos investigadores que no tenemos acceso directo a nuestro objeto de estudio, que es la mente. A esto, que ya representa una desventaja considerable, agréguenle que la mente recibe información de TODAS las fuentes existentes y que, a una de las más importantes, que es el mundo metafísico y espiritual, tampoco tenemos acceso.
Si bien hace mucho tiempo que la ciencia y la espiritualidad tomaron caminos separados esto no pasa en la psicología, en donde gracias a la psicoespiritualidad se empiezan a acortar las distancias entre las manifestaciones de la conducta y la vida espiritual interna de los seres humanos.
Antecedentes de la psicoespiritualidad
Sin duda, la espiritualidad se pone cada vez más de moda, pero la psicoespiritualidad, o más bien la necesidad de tener una rama de la psicología encargada de conciliar espíritu y mente, viene desde principios del siglo pasado.
Por ejemplo, Carl Gustav Jung, el psicólogo suizo, ya se ocupaba de estos asuntos cuando estudió las religiones occidentales y orientales, y el impacto de ambas en la psique. Por su parte Abraham Maslow, el padre de la psicología humanista, lo empezó a anunciar cuando dijo que las personas alcanzamos un momento en la vida donde tenemos la necesidad de trascender y desarrollarnos espiritualmente.
Jung y Maslow son figuras reverenciadas por los psicólogos, y los puntos más influyentes de sus obras son, en alguna forma o medida, conocidos por muchas personas alrededor del mundo. A pesar de su pedigrí académico, la psicoespiritualidad recibe fuertes críticas, algunas bien fundamentadas, desde los más diversos campos del conocimiento incluyendo, por supuesto, el de la psicología. En el fondo, son críticas que tienen su origen en el divorcio entre ciencia y espíritu que mencionamos antes.
Tratando de acercar ambos campos de estudio, hace poco más de 50 años surge la psicología transpersonal, que es lo mismo que la psicoespiritualidad, pero incorporando métodos de investigación terapéutica propuestos por un grupo de psicólogos encabezados por Abraham Maslow, y entre los que destacan Grof, Tart, Vaughan, Walsh, Welwood y Wilber. Estos investigadores buscaban ampliar la perspectiva del mundo académico sobre la psique humana y sus ideas resultaban revolucionarias porque se desarrollaron en un mundo revolucionado: Vietnam, hippies, liberación sexual, consumo psicotrópico y lucha por los derechos civiles eran los temas del día en esa época. Ante tantos cambios, las teorías psicológicas vigentes les parecían insuficientes para reconocer y trabajar con el enorme potencial creativo que se estaba gestando. Para este grupo, incorporar la espiritualidad al estudio conductual resultaba un paso lógico, ya que era lo que, en su opinión, hacía falta para reconocer a la personalidad humana como resultado de dinámicas biológicas, sociales y culturales, pero también espirituales.
Con el paso de los años, la psicología transpersonal incorporó a sus técnicas terapéuticas conocimientos provenientes de culturas antiguas como el budismo o el taoísmo, lo que en principio iba en contra de la investigación psicológica tradicional y por lo tanto fue cuestionado. Sin embargo, lo cierto que muchas de estas prácticas le llevan a Freud tres mil años de ventaja, y esencialmente tratan con aspectos cotidianos de la psique que a todos nos interesan, tales como nuestros sentimientos y emociones, la forma en la que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos, así como la búsqueda del propósito en nuestras vidas.
Importancia de la psicoespiritualidad
El enfoque psicoespiritual es que todo lo que nos sucede individual y colectivamente tiene un origen y un propósito más grande que nosotros mismos.
En este sentido, una aspiración de la psicoespiritualidad es que podamos identificarnos con una consciencia mayor y colectiva para encontrar la relación entre la causa y el efecto en nuestras vidas. Esto quiere decir que podemos tomar responsabilidad de lo que nos sucede sabiendo que es el efecto de algo causado por nosotros mismos. Desde la psicoespiritualidad, no es aceptable vernos a nosotros mismos como personas que viven a merced del destino. Somos seres con libertad de elección, que en el ejercicio de esa libertad tienen tanto el derecho a equivocarse como la obligación de asumir las consecuencias de sus errores.
Saber que somos la causa de todo lo que nos pasa explica que, aunque sea en un nivel mínimo, colaboramos con todo lo que ocurre aquí y ahora. Por eso la psicoespiritualidad es tan poderosa, porque nos devuelve nuestro poder personal ayudándonos a encontrar soluciones efectivas a nuestros problemas, mientras nos vinculamos con nuestros semejantes por medio de la intervención de una entidad sabia y superior.
La psicoespiritualidad es crecimiento constante
Para la psicoespiritualidad, aunque cada persona viene a La Tierra con misiones y propósitos únicos, todas y todos sin excepción compartimos una misma tarea: aprender para crecer.
La vida está diseñada para crecer, eso es evidente. En el caso de los humanos, como somos los únicos seres vivos de La Tierra que tenemos consciencia, nuestro crecimiento está estrechamente relacionado con el comportamiento consciente. La psicoespiritualidad nos dice que tenemos la elección de crecer conscientemente, o simplemente pasándola, desconectados de lo que pasa tanto fuera como dentro de nosotros.
Puedes usar los eventos en tu vida para crecer o dejar que los eventos sean los que tomen el control de tu existencia y tus emociones. De esto se trata la relación psicoespiritual entre causa y efecto, cuando parece que la vida te agarra a vidazos y tú no sabes ni por qué. Es como cuidar un jardín. En este caso la consciencia es un jardín que te toca cuidar. Tú puedes decidir si las plantas crecen con orden, cuidado y belleza o si lo dejas llenarse de arbustos, hierbas, ramas que no van para ningún lado, plagas o basura.
La psicoespiritualidad y sus beneficios
A los estudiosos de la psicoespiritualidad, entender el impacto de las experiencias espirituales en las vidas de las personas nos puede ayudar a entender el papel de la espiritualidad en nuestro cerebro y ayudarnos al estudio de fenómenos como las adicciones, por un lado; la resiliencia, por el otro, y, en general, la salud mental.
Todo indica que el enfoque psicoespiritual es sumamente benéfico. Neurocientíficos como Andrew Newberg, autor del libro “Principles of Neurotheology” han demostrado que el cerebro de los monjes budistas, acostumbrados durante años a practicar la meditación, muestran un menor envejecimiento neuronal, mayor capacidad de memoria y retención e incluso una mejor resistencia a la sensación del dolor.
Por otra parte, dar un lugar al desarrollo de la espiritualidad como parte de tu crecimiento psicológico, en lo individual te puede llevar a vivir con mayor plenitud, mas contacto y comprensión de lo que te sucede y darte un sentido más profundo de tu propia identidad. Cada vez hay más alternativas terapéuticas psicoespirituales, e incluso programas de estudio acreditados en algunas universidades. Si has sentido la necesidad de conciliar espíritu mente, este es un camino que vale la pena seguir.
Tú puedes elegir vivir la vida como un ser aislado al que le pasan cosas que a veces no tienen sentido, o conectarte con una realidad más amplia, placentera y con tu propósito de vida. Recuerda que no existe la llave de la felicidad, porque la puerta está siempre abierta. La psicoespiritualidad puede ser el camino que te lleve hasta ella.