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LA SOMBRA

Sombra Psicologica Aurora del Villar

"Todo lo que posee substancia, al interponerse en el camino de la luz, descubre que proyecta una sombra".

La máscara de nuestro Yo consciente esconde emociones y conductas negativas que todos tenemos, pero que no aceptamos en nosotros mismos.  Sentimientos como la agresividad, la vergüenza, la culpa o el sufrimiento conforman lo que en psicología se conoce como La Sombra.

Antecedentes de La Sombra

En la teoría psicológica moderna, La Sombra es un aspecto inconsciente que se encuentra justo al lado de la conciencia, alimentándose de todo lo que la conciencia no puede o no quiere aceptar. 

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El ensayista Robert Bly se refirió a esta interacción como un saco – La Sombra – en el que vamos depositando todo aquello que, como resultado de la experiencia de vida, aprendimos que es molesto, incómodo e incluso reprobable para los demás.  Esto quiere decir que La Sombra no necesariamente se construye de cosas “malas” o negativas, sino que puede alojar cualidades como la creatividad, la espontaneidad o incluso la sinceridad, que por alguna razón le resultaban molestas a personas que fueran importantes para nosotros.  Es como el niño lleno de energía que se va apagando cada vez que papá o mamá le piden que se esté quieto “aunque sea por cinco minutos”.

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Esta es la forma como La Sombra y su personalidad se van oponiendo a nuestras actitudes y decisiones conscientes, mientras la mantenemos apartada y aislada en el inconsciente como si fuera una voz disidente, encarcelada en lo más hondo de nuestro ser. 

El Concepto Psicológico de La Sombra

Carl G. Jung, influido por los hallazgos y teorías de su maestro Sigmund Freud, es considerado como el descubridor de La Sombra – o en su defecto como el del concepto.

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La idea de que todas las personas tenemos un lado oscuro acompañó a Jung desde el inicio, cuando se refería al "lado oscuro del psiquismo" para describir los deseos reprimidos de la personalidad.

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En su ensayo "Sobre la Psicología del Inconsciente", publicado en 1917, Jung se refirió a la sombra personal como el “otro” en nosotros; una personalidad inconsciente del que nos sentimos avergonzados, pues representa los rasgos personales que consideramos más desagradables y preferimos esconder, incluyendo cualidades socialmente valoradas pero que a nosotros, como le ocurre al niño dinámico y vivaz, pero permanentemente corregido por sus papás, nos parecen inaceptables.  De ahí que, hacia el final de su vida, Jung se refiriera a La Sombra simplemente como aquello que una persona no desea ser.

Aparición de La Sombra

Sombra psicologica Aurora del Villar

La sombra se desarrolla de manera natural durante la infancia.  Cuando somos niñas o niños, nos sentimos identificamos con rasgos ideales de nuestra propia personalidad lo cuales, como ocurre por ejemplo con la generosidad, son reforzadas por nuestro entorno.  En paralelo, y sin que seamos conscientes de ello, La Sombra va recibiendo los rasgos que no se ajustan a esa imagen ideal, como en este caso ocurriría con el egoísmo, concepto opuesto al de la generosidad.  Esto quiere decir que Ego y Sombra se van construyendo en forma simultánea mientras comparten la misma experiencia de vida: lo que no le sirve al primero, con gusto lo toma el segundo.  En este sentido, escriben Connie Zweig y Jeremiah Abrams:

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“Los padres, los parientes, los maestros, los amigos y los sacerdotes constituyen un entorno en el que aprendemos lo que es una conducta adecuada y moral y lo que es un comportamiento despreciable.  La Sombra opera como un sistema psíquico autónomo que perfila lo que es el Yo y lo que no lo es. Cada cultura demarca de manera diferente lo que corresponde al ego y lo que corresponde a la sombra. Algunas, por ejemplo, permiten la expresión de la ira y la agresividad mientras que la mayoría, por el contrario, no lo hacen así; unas reconocen la sexualidad, la vulnerabilidad y las emociones intensas y otras no; unas, en fin, consienten la ambición por el dinero, la expresión artística y o el desarrollo intelectual mientras que otras, en cambio, apenas si las toleran.”

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Los sentimientos y habilidades que, como consecuencia de la diversidad sociocultural, terminan confinados a La Sombra, mueven el lado oscuro de la naturaleza humana, encerrando virtudes y talentos que tal vez nunca conozcamos, víctimas de este olvido involuntario.

Descubriendo a La Sombra

Sombra Psicologica Aurora del Villar

¿Alguna vez has sentido admiración desmedida o franca repugnancia ante un cierto rasgo de una persona, un grupo, o incluso una institución?  Seguramente que sí, y lo más probable es que haya experimentado ese sentimiento como una proyección de La Sombra, con el que pretendes expulsarla de tu interior al proyectar sus características dominantes en los demás.

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La psicoanalista Molly Tuby dice que, en nuestra vida diaria, hay seis momentos que delatan a La Sombra en acción:

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  1. Cuando el sentimiento hacia la otra persona es exagerado, sin importar si es positivo o negativo.

  2. Cuando recibimos (como una ofensa o una herida) una retroalimentación negativa.

  3. Cuando nuestras palabras o actitudes provocan un efecto perturbador en personas con las que tenemos una relación cercana (o viceversa).

  4. Cuando caemos en acciones impulsivas o inadvertidas, muchas de las cuales nos provocan arrepentimiento posterior.

  5. Cuando experimentamos un sentimiento de humillación ante una determinada situación – sin que ésta sea objetivamente humillante. 

  6. Cuando se manifiesta un enojo desproporcionado ante los errores del otro.

  7. De igual forma, se ha documentado que ciertos episodios de depresión derivan de un encuentro con nuestro lado oscuro. 

 

​Por otra parte, cuando sentimos un deseo muy intenso y lo relegamos a La Sombra, lo que menos ocurrirá es que se “esté quieto”.  Por el contrario, empezará a trabajar con mayor vigor y sin una pizca de empatía: “¿no quieres comer ahora?  Perfecto, ya veremos más tarde el atracón que te vas a dar a cuenta mía.”   “¿No lograste ese reconocimiento por el que tanto trabajaste?  No hay problema que unos buenos tragos no te hagan olvidar”. 

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La idea es que La Sombra siempre está maquinando para recordarnos en formas no tan sutiles, todo aquello que a través de muchos años decidimos ocultar en un saco que siempre cargamos donde quiera que vayamos.  Algunos ejemplo donde podemos percibir el crecimiento de La Sombra de manera colectiva son:

  • El deseo de aumentar el dominio sobre la naturaleza a través de la tecnología, a pesar de que sabemos que eso le hace mucho mal a nuestro planeta.

  • El impulso al progreso y a la tecnificación de la producción, lo que deshumaniza el trabajo haciéndolo cada vez más aburrido, más escaso, y peor pagado. 

  • El hedonismo promovido por el consumismo y el derroche, a costa de la pobreza de las mayorías y el deterioro medioambiental. 

  • El deseo narcisista de controlar todos los aspectos de la vida, que lleva a la explotación de las personas, empezando por los grupos más vulnerables al abuso como las mujeres y los niños, así como a la destrucción de la esfera privada de personas y familias. 

  • El miedo a la muerte que se refleja en la obsesión por la salud, las dietas y la longevidad, así como en el mercantilismo al que se ha sujetado la ciencia médica.

 

“Los padres, los parientes, los maestros, los amigos y los sacerdotes constituyen un entorno en el que aprendemos lo que es una conducta adecuada y moral y lo que es un comportamiento despreciable.  La Sombra opera como un sistema psíquico autónomo que perfila lo que es el Yo y lo que no lo es. Cada cultura demarca de manera diferente lo que corresponde al ego y lo que corresponde a la sombra. Algunas, por ejemplo, permiten la expresión de la ira y la agresividad mientras que la mayoría, por el contrario, no lo hacen así; unas reconocen la sexualidad, la vulnerabilidad y las emociones intensas y otras no; unas, en fin, consienten la ambición por el dinero, la expresión artística y o el desarrollo intelectual mientras que otras, en cambio, apenas si las toleran.”

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Los sentimientos y habilidades que, como consecuencia de la diversidad sociocultural, terminan confinados a La Sombra, mueven el lado oscuro de la naturaleza humana, encerrando virtudes y talentos que tal vez nunca conozcamos, víctimas de este olvido involuntario.

La Relación Adecuada con La Sombra

La Sombra Psicologica Aurora del Villar

Desde luego que es posible llevar una buena relación con La Sombra, siempre que se trabaje adecuada y persistentemente en ello.  En el caso particular de La Sombra este trabajo personal es clave, ya que el contacto adecuado con esta parte de nuestra personalidad nos llevará a reestablecer contacto con nuestras capacidades ocultas.

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El trabajo con la sombra se refiere al esfuerzo que necesitamos para desarrollar una relación creativa con los aspectos oscuros de nuestra personalidad, que a su vez son una fuente de inspiración, creatividad, e incluso diversión lúdica que enriquecen nuestras vidas.  Al trabajar con La Sombra:

  • Aumentamos nuestro autoconocimiento y auto aceptación.

  • Encausamos de mejor forma las emociones negativas que aparecen inadvertidamente en forma regular. 

  • Liberamos los sentimientos de culpa asociados a acciones negativas.

  • Reconocemos las proyecciones que derivan en admiración exagerada, prejuicios y/o malas actitudes hacia los demás.

  • Reconocemos nuestros talentos ocultos, dándonos la oportunidad de emplearlos, aumentando de esta forma nuestras capacidades creativas.

 

Conocer a La Sombra es el camino para reconocer y hacernos cargo de nuestro yo alienado, sanar relaciones con base en la observación sincera de nosotros mismos, y comunicarnos de manera más clara y directa con los ángeles y demonios que encierra.

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