Todos los seres humanos nacemos con atributos, cualidades y dones que son inherentes a nuestra personalidad. Ellos pertenecen a la parte más sana y luminosa de nuestro Ser. Sin embargo, puede ocurrir que algunas vivencias desafortunadas, mensajes familiares de falsa modestia o parámetros de baja autoestima, entre otros factores, nos lleven a concluir erróneamente que esos dones no son nuestros y comencemos a dudar de la existencia de características positivas en nuestra persona. El compromiso con el propósito consciente de activar los atributos de nuestro núcleo espiritual, al mismo tiempo que purificamos los aspectos negativos de nuestro carácter, nos traerá como resultado paz de espíritu y una mayor auto responsabilidad para dirigir y construir nuestras vidas con éxito. Te invito a esta experiencia en la que a través de ejercicios vivenciales podrás contactar, validar y activar tus dones.