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EL PESO PSICOLÓGICO DE LOS SECRETOS


Todos guardamos información que no deseamos dar a conocer. De acuerdo con un estudio (Universidad de Columbia, 2014) todos escondemos entre 5 y 13 secretos que no hemos revelado. Los temas más frecuentes son amores ilícitos, conductas sexuales y mentiras en general. Existe una diferencia importante entre algo que es secreto y algo que es privado. La privacidad viene de la necesidad legítima de pasar tiempo a solas, examinando y madurando algo que tal vez después se compartirá, como por ejemplo, una obra de arte. El secreto, por su parte tiene siempre una carga negativa que encierra cierta deshonestidad y teme las reacciones de los demás. También es distinto algo que debe permanecer secreto temporalmente (como una fiesta sorpresa o un proyecto) y un secreto que se cree que jamás debe revelarse. El deseo de establecer vínculos profundos e íntimos con otros seres es otra necesidad humana muy importante, cuya realización es impedida por la carga de un secreto. Psicológicamente guardar un secreto equivale a llevar una carga pesada sobre nuestras espaldas: nos agota y limita, pues se usan muchos recursos cognitivos y emocionales para contener lo que deseamos ocultar. Ocurre que cuando nos planteamos una meta, nuestra mente se encarga de activar un mecanismo que con frecuencia nos recuerda nuestro objetivo, para así poder reconocer las oportunidades de lograrlo. Lo mismo sucede cuando nos proponemos guardar un secreto: lo recordamos con muchísima frecuencia para que no nos descuidemos y se nos escape. Así es como se convierte en una carga para nuestra psique. Mientras más tiempo guardemos un secreto, mayor será el tiempo que pasaremos pensando en él, lo que irá poco a poco disminuyendo nuestra sensación de bienestar. Asimismo, este secreto no revelado irá minando nuestra percepción de la realidad, convirtiéndose en una especie de filtro a través del que observamos la vida. La carga de un secreto no sólo se siente en presencia de aquellas personas aquellas que no queremos que sepan la verdad, sino que también se siente a solas, convirtiéndose en una fuente de estrés que puede llevar a la persona a desarrollar síntomas de ansiedad o depresión. Solemos guardar secretos porque estamos convencidos de que, si alguien más lo sabe, ya no seremos aceptados o, peor, no nos van a amar. Existe una prueba psicológica, llamada Prueba de la Pendiente en la que se pide a los participantes que calculen una pendiente que ven en una imagen. Quienes tienen cargas psicológicas fuertes, como las de los secretos, suelen calcular que es más elevada que quienes no llevan estas cargas Quizá quieras liberarte de la carga pesada de un secreto. El valor de auto revelarnos hacen más por nuestra autoestima que el encubrimiento y normalmente, quien devela un secreto, encuentra más amor, aceptación, respeto, empatía y comprensión de los que esperaba. Un amigo íntimo y confiable, un psicoterapeuta o una línea telefónica de ayuda pueden ser buenas opciones para abrir un secreto por primera vez. Algunos psicólogos recomiendan, al menos, escribirlo para ponerlo fuera de la mente y aligerar su peso. @AuroraDelVillar 


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