Manejar el enojo
El enojo es un sentimiento completamente normal que viene con el paquete de emociones básicas con el que nacemos todos los seres humanos. Todos lo conocemos y su aparición nos avisa que alguien o algo ha rebasado nuestros límites. Se manifiesta desde como una señal leve como una molestia pasajera, hasta una muy intensa y abrumadora, como la ira. Nuestras reacciones a este sentimiento pueden ir desde la represión hasta un estallido de furia sin control. La represión, o “hacer de cuenta que no pasó nada”, quizá nos haga enfermar o desarrollar conductas pasivo-agresivas y hostiles que no resuelven el problema y sí dañan nuestras relaciones. Tampoco nos conviene guardarnos el enfado, pues ese hábito puede llevarnos a la depresión. Los estallidos furiosos, por otra parte, nos dejan, al final, tristes, arrepentidos y destruyen muchísimas cosas, materiales e inmateriales, que son importantes. La forma más sana de manejar el enojo es a través de la expresión firme de nuestro malestar, sin usar la agresión. Es posible aprender a hacer esto MITOS: -“Enojarse no está bien”. Falso. Si no sintiéramos la incomodidad que viene con el enojo, nadie sabríamos cuáles son nuestros limites -“Hay que expresarlo siempre y en caliente”. Una peligrosa forma de justificar agresiones y de exponerse a la reacción violenta de alguien más. Lo mejor es esperar a expresarlo en un momento y/o entorno correctos -“Así soy y ya ni modo”. Falso también. La ira puede aprender a controlarse. -“Es genético. Toda mi familia es enojona”. Más que estar condicionada por factores genéticos, la ira es una conducta aprendida que se puede desaprender. -“El enojo es de hombres”. La paleta emocional de los hombres puede también incluir sentimientos cálidos como el cariño y la ternura tanto como las mujeres también nos podemos enojar. CONSEJOS PARA CONTROLAR NUESTROS ENOJOS COTIDIANOS : •Practicar deporte con regularidad •Escuchar música alegre y bailar •Dibujar, plasmando tus sentimientos •Escribir acerca de lo que nos molesta •Meditar y respirar profundamente con regularidad •Hablar del asunto con alguien querido o con un profesional, sobre todo si ya te diste cuenta de que tienes un problema con el manejo de tu ira. A veces no podemos hacer desaparecer
aquello que nos molesta y el enojo es un sentimiento muy legítimo. No obstante, hay que aprender a expresarlo con asertividad.
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