LA CREATIVIDAD: UN ATRIBUTO QUE TODOS TENEMOS

Existen muchísimas definiciones, pero en pocas palabras, a creatividad puede definirse como la capacidad de generar nuevas ideas y conceptos a partir de elementos preexistentes. Es parte de las habilidades necesarias para resolver problemas de cualquier índole. Suele pensarse que es un don exclusivo de artistas, cuando en realidad se trata de un atributo presente en todos los seres humanos, sin importar su ocupación. Tanto el pintor que plasma sus obras en un lienzo, como el ama de casa que diseña un menú atractivo y balanceado o el científico que está creando una nueva vacuna, están utilizando su creatividad. No hay personas sin creatividad, pero se puede potenciar o no, de acuerdo a los hábitos y las preferencias de cada individuo. Las culturas y los seres humanos evolucionan gracias, entre otras cosas, a su creatividad. De hecho, el Homo sapiens se impuso evolutivamente a otras especies porque, entre otras cosas, somos una especie sumamente creativa. Ser creativo es una fortaleza de carácter que puede ayudarnos a construir vidas más satisfactorias y felices, pues es un indicador de salud mental. También nos sirve para mejorar la vida de otras personas, cuando creamos algo que alegra a otros o que les resuelve problemas o satisface alguna necesidad. También se puede usar de manera negativa, como una herramienta para engañar a otros o para no cumplir con una responsabilidad. Es como poner lo mejor de nosotros, al servicio de lo peor en nosotros mismos. Las personas que están muy en contacto con su creatividad de forma positiva, tienden a ser independientes y poco convencionales, no se conforman, son flexibles, toman riesgos, gustan de tener nuevas experiencias, se adaptan al cambio y tienen una mayor flexibilidad cognitiva. Aunque el arte no es la única forma de ser creativos, estudiar alguna de sus disciplinas (pintura, danza, teatro, literatura, etcétera) sólo como pasatiempo, sí nos puede ayudar a ser más creativos en nuestras actividades cotidianas. Se puede desarrollar nuestra creatividad de formas relativamente sencillas: • experimentando con nuevas recetas en la cocina; • tratando de solucionar un problema sencillo sin pedir ayuda; • buscando nuevas formas de combinar nuestra ropa o nuevos usos para objetos que pensamos desechar; • practicando la lluvia de ideas: ante un problema, plantearnos todo tipo de soluciones, desde las más conservadoras hasta las más descabelladas. En alguna de ellas, aparecerá una solución creativa. La creatividad es un regalo de la vida. Usarla, es una manera de corresponderle @AuroraDelVillar