¿ BAJO CUÁNTO ESTRÉS TE ENCUENTRAS HOY?

El estrés puede definirse como el conjunto de reacciones fisiológicas de un individuo ante un estado de tensión nerviosa Un poco de estrés en nuestras vidas es positivo, pues nos impulsa a superar dificultades o a reaccionar rápidamente ante una eventualidad, pero se vuelve patológico cuando es intenso y se prolonga por mucho tiempo. Es entonces cuando puede producir crisis emocionales y de salud. Cuando nos estresamos el cuerpo libera hormonas como cortisol y adrenalina. Por eso se acelera nuestro corazón, aumenta la presión sanguínea y aumenta nuestra capacidad de concentración, pues todos nuestros recursos físicos y mentales se enfocan en resolver la situación. Una vez que desaparece la causa del estrés, el cuerpo y nuestra psique regresan a la normalidad en poco tiempo. Cuando vivimos bajo estrés de manera permanente y prolongada, el cuerpo produce hormonas del estrés todo el tiempo y el equilibrio no se recupera. Esto, a la larga, trae problemas a la salud que causan deterioro en el cuerpo y en nuestra salud mental. Muchas veces gastamos pequeñas fortunas con el especialista, tratando de controlar síntomas que desaparecerían si elimináramos las causas de nuestro estrés. Por ejemplo, el dolor de estómago o la diarrea no siempre se deben a que la comida nos cayó mal, sino que, por el estrés, el estómago funciona más lento y la actividad del colon se incrementa. Quizá dejemos de caer en cama debido a los resfriados o baje nuestro nivel de colesterol en sangre, si aprendemos a combatir el estrés. La obesidad es también otro padecimiento que puede estar relacionado con una gran carga de agobio, porque el apetito tiende a aumentar cuando estamos bajo mucha presión Aunque desde luego no se trata de que dejemos de ver al médico y atribuyamos todos nuestros males al estrés, lo cierto es que el cortisol y la adrenalina afectan a casi todos los órganos de cuerpo y, como ya se ha comprobado desde hace algún tiempo, nuestros procesos psicológicos y los procesos hormonales están íntimamente relacionados y se afectan mutuamente. Vivir bajo presión permanente - secretando persistentemente hormonas cuyo exceso nos envenena- nos convierte en seres que están, la mayor parte del tiempo, listos para el ataque o la defensa. Esto empobrece nuestro mundo, pues todo se ve como amenaza y limita nuestra creatividad, debido a que nuestra atención está inconscientemente enfocada en luchar contra enemigos que, las más de las veces, podemos derrotar haciendo ejercicio, dedicando algún tiempo a actividades placenteras, cultivando la meditación, aprendiendo ejercicios de respiración, acudiendo a psicoterapia y eliminando de forma decidida, aquello que nos produce estrés. @AuroraDelVillar