top of page

Blog

LÍMITES ¿QUÉ SON Y CÓMO SE PONEN?


Cuando un bebé nace y hasta el año y medio, piensa que él y su mamá son el mismo ser. Cuando comienza la llamada Fase de Separación (a los 18 meses) el niño empieza a constituirse en un ser individual y ve a su madre como otra persona. Ahí surgen los primeros límites físicos, porque el niño empieza a ver dónde termina él y empiezan los demás. Los límites físicos están muy relacionados con los límites emocionales. Ambos son la base de la autoestima sana. Todos tenemos el anhelo y el derecho de ser libres, lo que no debe confundirse con el libertinaje, que significa hacer lo que quiero, cuando quiero y como quiero, pasando por encima del otro y quitándole así a los demás la libertad a la que también tienen derecho. Una vida sin límites suena como algo muy atractivo, pero lo cierto es que produce mucha frustración y termina llevando a la autodestrucción. Se aprende a respetar los límites en la niñez. Cuando los niños tienen padres que no les ponen límites, estos pequeños desarrollarán un carácter débil, con baja tolerancia a la frustración, serán personas que buscan sólo tener placer y que se cumplan sus deseos sin que importen las reglas ni el respeto a los demás. No podrán comprometerse ni sabrán auto regularse. Respetar los límites nos hace más confiables, más seguros de nosotros mismos y más dignos de respeto. Algunas experiencias de abuso o abandono nos hacen dudar de que nuestros límites sean razonables y podemos convertirnos en alguien muy permisivo con los demás, que se deja llevar, sin tomar decisiones. Saber poner límites nos ayuda, entre otras cosas, a: • Decir NO cuando no quiero algo y SÍ cuando lo deseo o necesito. • Detener una situación que no nos gusta. Decir BASTA. • No aguantarme algo que no me gusta sólo por llevar la fiesta en paz o no armar un conflicto. • Decir “No quiero” y tolerar el enojo que eso puede provocar en otros • No ceder “por amor” a las manipulaciones de personas cercanas. • No permitir que alguien invada mi intimidad. • No permitir faltas de respeto, aunque vengan de personas con jerarquía superior a la mía. • Saber que respetar nuestros límites no nos convierte en egoístas. Nuestros sentimientos son clave para saber cuando algo o alguien está trasgrediendo nuestros límites. Normalmente, ante una situación así se siente enojo, aunque sea de forma velada. Si muy frecuentemente te descubres pensando cosas como “Bueno, no importa, no es para tanto y nada me cuesta ceder”; si te da miedo que piensen que eres egoísta o que te dejen solo/a; si haces cosas pero te sientes a disgusto al realizarlas, es posible que tengas un problema con los límites. El arte de poner límites sanos se puede aprender de manera gradual, fortaleciendo nuestra auto estima y el conocimiento de nosotros mismos, hasta poder decir lo que pensamos y ser capaces de tomar decisiones independientes sin miedo a los juicios, a los chantajes ni a las manipulaciones. @AuroraDelVillar 


Featured Posts
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Archive
Follow Me
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey Instagram Icon
  • Grey Pinterest Icon
bottom of page